sábado, 20 de febrero de 2010

24 / VIERNES 19- ACTO POR HAITÍ- ELEGÍA POR HAITÍ

Un sencillo acto ha servido para marcar el punto final a dos semanas de trabajo en las tutorías sobre la temática de Haití. A lo largo de estos días hemos aprendido en las aulas acerca de la historia y la cultura de este país, así como de su problemática frente a la pobreza con la que se enfrentaba antes del fatal terremoto. Hoy podemos decir que nos sentimos un poco más haitianos que antes de iniciar este camino y comprendemos un poco más la razón de ser de su situación actual.

El acto comenzó con unas palabras de la coordinadora de Escuela Espacio de Paz, Inmaculada Ramos del Amo, y la lectura de un poema de su autoría sobre las distintas "Áfricas" del mundo. A continuación un grupo de alumnos de 3º de ESO leyeron el poema de Pedro Cerezo, catedrático de Filosofía, que abajo se incluye. Tras la recitación de éste se pasó a la proyección del powerpoint que los alumnos de Francés de 3º han preparado con su profesora Montserrat López. Un broche final que siembra un hálito de esperanza para la población de Haití con la llegada de toneladas de ayuda.

Ojalá que no quede sólo en eso, que Haití encuentre con la ayuda de todos una salida no sólo a la situación sobrevenida tras el terremoto, sino a la situación desoladora por la que ya atravesaba antes del desastre.

Elegía por Haití


¡Haití, Haití!
¿quién cuidará de ti?...

Tus hijos,¡ay!, han sido derribados
del sueño de su vida,
abatidos por rayos de tiniebla,
desde el oscuro seno proceloso
de una tierra maldita,
que no supo ser madre.
Otros gimen en vida sepultados
bajo montes de piedra y de silencio,
y en aquéllos que vagan aturdidos
entre ruinas y lamentos agrios
se ha secado la fuente de las lágrimas.
¡Haití, Haití!
¿quién llorará por ti?...

Tras el bramido ronco de los cielos
y el estruendo convulso de la tierra
se hizo un silencio azul como de nieve,
sudario de tus muertos…
Devastación y duelo es tu morada...
Cuatro jinetes en caballos negros
con espadas ardientes
cabalgaron tu carne estremecida
con hambre y peste, soledad y muerte
mientras huían los pájaros del alba…
¡Haití, Haití!
¿quién soñará por ti?...

Naturaleza y dios se han concitado
contra tí, la doncella sin dote,
olvidada del mundo.
¿Has pecado, Haití,
en tu carne morena de cobre reluciente?

¿O pecaron por tí
los que ocuparon tu lecho con insidias,
mancillaron tu nombre,
expoliaron tus campos y tus hijos
y cubrieron tus bosques de ceniza?...
¡Haití, Haití!
¿quién te amará ya a ti?...

Nadie grita ni llama ni maldice
a los dioses que huyeron de sus templos
dejándolos vacíos de promesas…
Nadie se atreve a plantarle cara
a un destino cruel, que se complace
en borrarte del mundo,
sombrío hormiguero
que una bota maldita aplasta indiferente.
¡Haití, Haití!
¿quién velará por ti?...

¿Adónde dirigirán sus ojos
los huérfanos de pupilas atónitas,
las doncellas sin sueños de futuro,
los jóvenes sin rumbo,
las madres sin memoria de sus hijos
con entrañas resecas por el odio,
las fuentes enlutadas,
los árboles sin aves silenciosos
ante un cielo hermético que calla…
¡Haití, Haití!
¿quién soñará por ti?...

O Dios no existe para no inculparlo
o ya será distinto
del providente Dios, que cuida bondadoso
de las aves del cielo
y los lirios del campo.
Un Dio sufriente no es más que la piedad
y el hambre de justicia
de los hombres que sueñan y militan
en tierra desolada
por hacerla habitable.
¡Tu Dios, Haití,
de ahora para siempre,
tan entrañado en ti!...

Entre ruinas, muertos y excrementos,
cuentan que han visto a un niño sonriente
con los ojos brillantes como un tigre.
¡Haití, Haití!
ese niño vendrá a redimirte
de tu historia de oprobio!
¡Haití, Haití!,
¡ese niño salvado de la muerte,
espera ya por tí!

Granada, 23 de enero de 2010

Pedro Cerezo Galán

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